9 de julio de 2009

Ahora le toco a China

Interesante articulo en Antimperialista.blogia.com donde se desvela como han sido los verdaderos acontecimientos en China y como existe un nexo de union entre estos y otros anteriores, como las protestas en el Tibet, Iran, el golpe de Honduras y, aunque no se cita aqui, el intento de golpe de estado en Republica Moldova.

Parece que Hussein Obama tiene realmente, tras su mascara de conciliacion, su oferta de un cambio en la agresividad norteamericana y su llegada al poder como un mesias de un mundo nuevo, un rostro similar a los de los anteriores presidentes. Cada dia que pasa se confirma que es solo pura fachada, y que tras su cara de niño bueno se esconde una politica mas taimada pero puede que mas efectiva de la administracion del Imperio decadente.

Veamos como nos lo explican los chicos de Antimperialista.blogspot.com

Los disturbios Xinjiang: Nueva guerra de cuarta generación de EE.UU contra China.

Los últimos días, los acontecimientos se están precipitando de forma vertiginosa, sin apenas dejarnos tiempo para llevar a cabo un análisis político riguroso, capaz de sortear la intoxicación mediática a la que nos vemos sometidos/as de forma masiva.

Primero Irán, después Honduras y ahora China.

Según el simplista y demagógico análisis de los medios de comunicación de masas occidentales, el gobierno chino habría reprimido violentamente una manifestación de la etnia Uigur en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, provocando la muerte de más de 150 personas y unos 800 heridos, pero ¿fue esta tragedia provocada por las autoridades chinas o hay otro responsable tras ella?¿hasta que punto nos están mintiendo los mass media?

Hagamos un repaso de los hechos que han desencadenado esta tragedia.

El 26 de junio, empiezan a circular rumores de que dos trabajadoras de la fábrica de juguetes de Shaoguan fueron violadas por trabajadores de la etnia Uigur. Como respuesta a ello, trabajadores Han se enfrentaron a trabajadores uigures, provocando la muerte de dos de estos últimos y decenas de heridos en ambos bandos.

El pasado domingo 6 de julio, cientos de uigures (en su mayoría musulmanes sunitas) se manifestaron en la Plaza del Pueblo de la ciudad de Urimqi, de más 2 millones de habitantes, para exigir una investigación oficial de lo sucedido el 26 de junio, es decir, nada que ver con protestas contra el gobierno chino, ni por la independencia de Xinjing, como se nos ha dicho falsamente. La manifestación no autorizada fue disuelta por la policía, hecho que encolerizó a los manifestantes uigures que comenzaron a protagonizar violentos incidentes por toda la ciudad: destrucción de vallas de seguridad en las calles; quema de automóviles, negocios y casas particulares y agresiones a ciudadanos Han con armas blancas y de fuego, provocando multitud de muertos y heridos, es entonces cuando la policía interviene violentamente, con el objetivo de frenar los disturbios.

Todos estos incidentes fueron presentados de forma confusa por los media occidentales, que imputaron a un solo autor la responsabilidad exclusiva de los hechos, es decir, al gobierno chino y a la represión al movimiento independentista uigur, algo completamente falso.

A esta confusión contribuyó el independentista Congreso Mundial Uigur (WUC) en el exilio en los Estados Unidos de Norteamérica (país acogedor también de la mafia cubana, que se hace llamar disidencia), que aprovechó estos sucesos, para culpar al gobierno chino de los incidentes.

El martes se produjo otro enfrentamiento entre uigures y han, como respuesta a las muertes provocadas por los primeros sobre los segundos. “Ellos nos atacaron y ahora es nuestro turno de atacarles” reveló a Reuters un Han. Esto es prueba el carácter interétnico del conflicto (y no nacional) y la responsabilidad de los manifestantes uigures en las muertes del domingo (la mayoría Han, por lo tanto no provocadas por la policía), las cuales habían sido imputadas en exclusiva a la policía, por los medios occidentales.

Tanto el gobierno central como el de Xinjang hablan de una conspiración internacional para desestabilizar China, por parte de EE.UU., quien estaría utilizando al independentista WUC, según sus intereses. A la cabeza del WUC se encuentra la millonaria empresaria Rebiya Kadeer, exiliada precisamente en EE.UU.

Estos incidentes son un calco a los que se produjeron en marzo de 2008, cuando las protestas de los tibetanos, impulsadas por el Dalai Lama (en nómina de Washington), con la diferencia de que esta vez no se trata de reivindicaciones puramente independentista, sino, más bien de un conflicto entre las etnias Uigur y Han. A pesar de esto, la prensa occidental está tratando de situar en primer plano el problema nacional, con el claro objetivo de fracturar a un potente rival en la pugna interimperialista.

Post scriptum: La llamada Guerra de cuarta generación es una denominación dentro de la doctrina militar estadounidense que comprende a la Guerra de guerrillas, la Guerra asimétrica, la Guerra de baja intensidad, la Guerra Sucia, el Terrorismo de Estado u operaciones similares y encubiertas, la Guerra popular, la Guerra civil, el Terrorismo y el Contraterrorismo, además de la Propaganda, en combinación con estrategias no convencionales de combate que incluyen la Cibernética, la Población civil y la Política. En este tipo de guerras no hay enfrentamiento entre ejércitos regulares ni necesariamente entre Estados, sino entre un estado y grupos violentos o mayormente entre grupos violentos de naturaleza política, económica, religiosa o étnica.

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